Últimamente
vengo leyendo que las escritoras ya no quieren colaborar con los blogs para que los reseñen o no quieren sortear sus libros por que van a
unas manos que no lo agradecen y a un lector del que no obtiene opinión. Y ES
COMPLETAMENTE CIERTO. Y yo me considero así. SOY UNA LECTORA OBSESA QUE ES
FELIZ VIENDO LA ESTANTERÍA REPLETA DE LIBROS, INCLUSO CUANDO SÉ QUE NO LOS
LEERÉ JAMÁS. Pero ahí están. Soy feliz viéndolos. Lo sé, soy egoísta. Porque el
autor de dicho libro no sabe si lo ha hecho bien o mal, al menos por mi parte.
No tiene idea si su libro ha gustado más o menos, si tiene que mejorar, si debe
de seguir tal cual, ha puesto todas sus ilusiones en crearlo para que vayan a
formar parte de un adorno más, cubierto de polvo, en cualquier casa. He decidido dejar de considerarme un acumuladora de promesas.
Por
eso he dicho ¡BASTA! Tengo muchos libros por leer: míos de antes de tener el
blog, regalados, comprados, sorteados, enviados por una editorial… libros que
se apilan en mi habitación siendo ignorados y dejando el lugar que le
corresponde a los actuales, a los que sí pido o me apetece leer en ese momento.
Y eso tiene que cambiar.
Ayer
recibí un mensaje de una escritora que su libro me lo mandó el 2 de julio del
2015, también es cierto que en ningún momento se lo pedí, me lo quiso obsequiar
en agradecimiento por haberle hecho una ficha de autor. El caso es que como esa
novela, hay otras muchas ocupando espacio en mi estantería y que sus creadores
me enviaron con toda la ilusión del mundo (aunque la mayoría han querido
hacerlo). Por eso he decidido poner fin
a seguir haciéndolo.
Para
mi Septiembre, el otro día lo estuve hablando con mis jefes, es un nuevo punto
de partida. Con diciembre despedimos un
año y con enero recibimos al otro, pero para mí septiembre es el mes de: crear
nuevas metas, perseguir nuevos sueños, conseguir nuestros objetivos… que hasta
el siguiente septiembre tenemos que cumplir.
Con la caída de las hojas nuestras mentes se
entristecen y hace que pensemos más. Que nos hagamos preguntas: ¿Qué queremos
hacer con nuestras vidas? ¿Qué queremos cambiar? ¿Qué queremos tener? ¿Hasta dónde
queremos llegar?. Al menos a mí me pasa. Septiembre para mí es un punto de
inflexión. Ahora estaré unos días de bajón monumental. Septiembre, no me gustas
nada. Contigo llegan los días oscuros. Contigo llega el empezar a cubrirnos con
capas de ropa. Contigo llega la frialdad del sol. Contigo llegan las primeras gotas
de lluvia. Contigo llegan los madrugones. Contigo llegan las noches largas. Contigo
llega la rutina. Contigo llega todo y a la vez nos das todo. Esto que siento
por ti no es odio, ni mucho menos, no es una queja pero si una petición. Quiero
que pase pronto ese periodo de adaptación que necesito para que tú y yo nos
podamos llevar bien.

Con
septiembre ha llegado una nueva meta en mi vida lectora. Iré eligiendo listas, inquebrantable,
de tres novelas. Quizá tarde en leerlos días o semanas.
Con
este nuevo reto intentaré que el rincón favorito de mi casa mengüe y que su
lugar lo ocupen otros nuevos libros a los que pueda leer casi al momento. No
quiero acumular. No quiero prometer. No quiero dar falsas esperanzas. Creo que
es necesario ponerse un poco exigente para no crear polémicas y que esto tan
bonito que nos une a los escritores y a los blogueros, la lectura, no se vea
salpicada por engaños y mentiras.
Sigamos
intentado que este buen rollo que siempre hemos tenido ambas partes continúe.
Esta
vez no voy a abrir listas como he hecho para que los escritores que quieran que
los reseñe se apunten, por qué al fin de cuentas, por suerte, sois muchos los
que queréis y siempre termino ampliando esa lista y eso me impide avanzar y provoca
que siga acumulando. Y no solo eso, sino
que también causa crearle ilusiones cuando digo: “Ya tengo la lista completa te
apunto para la siguiente” y nunca lo hago. Además cuando pasa un tiempo vuelven
a preguntarme: “¿Oye, recuerdas que dijiste que para la siguiente me ibas a
leer?” y siempre busco excusas baratas, pero ciertas, para no añadir más
lecturas. Por eso me tomo la molestia, para aquellos que me lo permitan, en ser
yo quien os pida y os pregunte si queréis ser reseñados por mí. A lo mejor mis
palabras os puede resultar soberbias pero os aseguro que no es así.
La
dinámica de reseñar de aquí en adelante será así:
- Elegiré
un libro que haya ganado en algún sorteo (ya sea papel o ebook) o de entre los
que (sin pedir reseña a cambio) me han enviado sus escritores.
- Antes
de crear Libros, historias y yo, mi biblioteca personal era bastante amplia y
aquellos libros quedaron en el olvido. Por eso elegiré uno de ellos para leer.
- Y
por último, los que deseo, los que pediré para leer ipso facto.
Sobra
decir que las lecturas que elegiré no necesariamente irán en ese orden. Al
igual que una vez comience a leer tu libro quedas expuesta a una reseña buena o
mala (nada de peloteos).
No
por qué seamos más amigas vas a tener palabras buenas (que no feas ni ofensivas) para tu libro si a mí no
me ha gustado. No por que hablemos menos vas a tener palabras malas para tu
libro si me ha encantado. No por qué después pases de mí vas a ser vetada en
Libros, historias y yo. NO, NO Y NO. Tus historias me hacen sentir, vivir,
soñar, viajar y evadirme de la realidad. Descubrir otras vidas, nuevas
historias, nuevos personajes. Enamorarme, odiar, reír y llorar. Con eso es con
lo que me quedo, aunque tu trato y tu agradecimiento no sea el que yo espere y
en silencio esté un poco resentida por tu falta de consideración. Oye y que a
la inversa sucede igual. Cuando un escritor se pone en contacto conmigo y yo
por diversas razones no contesto a su petición o no como ellos quisieran. Por
eso os entiendo a todos. Lectores y escritores.
Dicho
esto, espero que está propuesta me ayude a cumplir con casi todos y pueda,
sobre todo, cumplirla.